12.6.12

BEN BROOKS






































Cuando me despierto hace frío y una luz densa y amarilla inunda el salón. El televisor sigue encendido, se ve a una mujer cansada que vende tupperware. Recoloco el edredón de tal manera que solo queda destapada la cabeza de Tenaya. Preparo té y empiezo a llenar la bañera. Según mi programa, debería seguir durmiendo porque son las 6:30. Eso significa que si me baño ahora tendré tiempo de trabajar en la novela antes de que empiece Jeremy Kyle. Es importante que siga escribiendo cosas, aunque no digan nada coherente. Escribiendo pasajes incoherentes será poco probable que logre una novela fundamental, pero será más probable que si no escribo nada. El agua de la bañera está caliente y toda la sangre se me concentra en la superficie de la piel, como si intentara descubrir qué está pasando fuera. Como cuando todo el mundo frena para mirar un accidente de coche, a mi sangre le fascina la desgracia de mi piel. Pongo un poco de las sales de baño de mamá para que el calor huela a lavanda. Los vapores de lavanda me marean y me tranquilizan. Soy una persona relajada y activa.


Crezco.
Ben Brooks.