13.3.12

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Me acordé de todo tumbada en la cama, quiero decir que asimilé todo tumbada en la cama. Estaba muy enferma y mis anginas en ese momento tenían más vida que yo. Pensé en mi abrigo y en que nadie lo encontró, sólo me hubiese gustado que alguien lo encontrara en el suelo, tirado, y pensara: "ey, este abrigo lo llevaba esa chica" y entonces viniera y me lo devolviera, pero eso nunca sucedió. A veces sigo recreando la situación estúpidamente. Debo haberme quedado dormida:
Caminábamos por la azotea donde, tú y yo, nos masturbamos alguna vez. Estaban sentados Imamura y Sadako, cogidos de la mano bebiendo vino, nos miraban y tú no sabías quien era Sadako, mientras te lo contaba nos dábamos placer. Imamura nos decía que había una fiesta en el gran hotel. El gran hotel era un cine, el cine era el mundo, y estaba lleno de todos los directores y protagonistas que siempre quisimos conocer. En la puerta la bonita Hedy Lamarr sostenía mi abrigo en la mano pero era de otro color, así que no era mi abrigo.

No sé qué significa eso, sólo pensaba en recuperar mi abrigo.